Cuando se me pidió hablar del día de la mujer, pensé en hablar sobre todas aquellas que han hecho historia con sus aportaciones y/o luchas, pero creo que es un tema del que muchos hablarán. Es por ello, que, en esta ocasión, solo daré mi opinión respecto al tema.
He sufrido de acoso tanto físico, sexual y laboral por el simple hecho de ser mujer, me he visto en desventaja por no tener la fuerza, por no tener el “carácter” solo por ser mujer, he sido reconocida, respetada y aceptada por ser mujer, creo que he vivido ambas partes de la moneda, por lo que me es difícil estar a favor o en contra del movimiento 9 de marzo.
Busco la manera de cómo poder defender mis derechos y buscar la EQUIDAD de género, he trabajado como un hombre para poder ser tomada en cuenta y he usado como ventaja el ser mujer. No busco salir y destruir para llamar la atención o para ser escuchada, aunque también entiendo la importancia de muchas madres, hijas, hermanas que han sido víctima de abuso, de violencia o muerte, entiendo su necesidad de gritar y ser escuchadas, en algún momento, pensaba que no era la forma correcta de hacerlo, y aun lo creo, pero después de escuchar tantas historias y tantas veces que han sido ignoradas comprendo por qué lo hacen.
Reconozco el esfuerzo de todas las mujeres que salen a delante y sacan a delante a su familia, no las LUCHONAS como se les conoce, sino las mujeres que de verdad han luchado y peleado por sacar a sus hijos, las que trabajan doble turno y tienen que sacrificar tiempo con sus hijos, y no por ser malas mujeres o porque han sido abandonadas, sino, porque se han encontrado en tal situación que tienen que enfrentarse solas a la realidad de tener que alimentar, educar y crear solas a su familia. Admiro más a aquellas mujeres que han sufrido un cambio en sus vidas cuando sus maridos han quedado incapacitados para trabajar y que en lugar de salir a buscar “quien las mantengan” ellas luchan para apoyarlo y salir adelante, esas son las mujeres que admiro. Las mujeres que sobre salen profesionalmente a pesar de que nos encontramos en una sociedad que aún no cree en nuestra capacidad, ellas que han demostrado con hechos que pueden dar el mismo resultado, pero con falta y tacones.
Me pregunto si el paro de un día es la solución para eliminar la violencia contra la mujer, acabar con el machismo, con la opresión, con las ideas de que la mujer no puede; o si este paro se tiene que hacer de forma periódica.
No lo creo, y hablo de forma personal, creo que la solución está en casa, porque en casa formamos hombres y mujeres de bien, en casa es donde se forman los valores, en casa es donde damos el ejemplo.
Nos quejamos del hombre machista cuando nosotras desde casa lo permitimos, ¿cómo?, al no generar igualdad en los deberes del hogar, al dar prioridad en sus necesidades, al asignar roles de género alas actividades, juegos y pasatiempo, al permitirles tener control sobre nosotras.
Nos quejamos de no sobresalir profesionalmente, cuando muchas veces nos da miedo hablar y demostrar de lo que somos capaces de hacer, que también tenemos el carácter, el cocimiento y la capacidad que tienen ellos.
Sufrimos de acoso sexual, físico y psicológico, en la calle, escuela, trabajo y nos quejamos porque se sigue presentando, cuando no lo hablamos, no sabemos decir y gritar nuestros derechos, porque desde pequeñas nos han enseñado a que hay cosas “malas” que no se dicen o no se cuentan, nos han enseñado que nosotras somos culpables de lo que sufrimos, nos han callado aun antes de hablar, no nos brindan la confianza de hablar sobre nuestro dolor.
Acabemos con el abuso, machismo, la desigualdad, pero acabemos desde casa.
- Inculquemos valores de respeto al prójimo.
- Inculquemos igualdad
- Destruyamos roles de géneros y permitamos desarrollar habilidades sin genero
- Enseñemos a nuestros hijos a hablar sin miedo
- Brindemos a nuestra familia un hogar cálido y de confianza
- Llenemos a nuestros hijos de amor
- Pero, sobre todo, brindemos a nuestros hijos de SALUD MENTAL
Sé que el día está por terminar y que puede ser muy tarde para esta nota, pero necesitaba escuchar y leer como se terminaba un día de paro, un día sin mujeres.